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"MI POEMARIO"
MI ROSA DE SHARÓN
Fresca brisa de un monte en la mañana,
Cual
arrullo de aguas en corriente,
Fiel
rocío, te posas dulcemente
En mi
pecho que siente fe temprana.
Como
reina y señora soberana
Se
pasea erguida por mi mente
Una
rosa, que "Tú", serenamente,
Colocaste una noche en mi ventana.
¡Ay!
del viento que aún ulula en Aquilón
Con
los rayos que hoy intentan revivir
Viejas furias de una antigua maldición.
En mi
aurora, hoy frontera del sufrir,
Fatuos vientos nunca pueden compartir
Tu
perfume, "Tú" "Mi rosa de Sharón".
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LO QUE ANTES ERA HIEL
Como el
rumor de un río, somnoliente.
con el
deseo de llegar al viejo murallón
Mi cirio
va... candente... refulgente...
y el
llanto a flor, vestido de canción...
Puedo
contar los días sin sus soles...
Puedo
medir distancias, aún sin fiel.
Si un
falso sol...carente de arreboles,
de cuero
hará mi delicada piel,
mirando al
cielo, buscando "Sus" faroles,
será un
dulzor lo que antes fuera hiel...
Salvador
Levy
|
Mi Arca de papel
(Quintetas de 3x2)
Sentado en mi almanaque de
rumbo impredecible
deshojo margaritas de todos los
colores.
Hoy pienso en los tropiezos de
aquel velo invisible
de lánguidas vigilias "sin la
senda admisible",
que en nada nos auxilia, que
sólo da escozores.
Hoy pienso en los insomnes
colegas del calvario
que hurgando van el fango de
orates soñadores,
que hilvanan, cual dementes,
las penas de un rosario
que solo los arropa con pútrido
sudario
luciendo el "signo agrario" del
Rey de los Ardores"...
¡Oh! pares insensibles, sin
hoces y sin dones...
No veis que hay huellas viejas
del noble que murió.
Del lleno de improperios,
rimado con ladrones?
Poetas mal nutridos, de falsos
corazones,
sus arras del "Gran sueño" el
mundo despreció.
Hoy rimo en estas hojas de
tiempos legendarios
Una paloma blanca y mi "arca de
papel".
Y al ver que ambas han sido mi
frágil poemario
Quisiera dar al traste el
lúgubre incensario
De los que ofrecen falsas
coronas sin laurel...
Salvador Levy
|
POBRE HUMANIDAD
(Sonedécima)
Salta
al vacío la pobre humanidad.
siguiendo huellas que la hacen zozobrar
Entre
los quejidos se siente crepitar
un
alma en cadenas buscando libertad.
Con
cualquier faro se acerca al farallón.
Entre
arrecifes de agreste litoral
grita: ¡¡PROMESA!!
el turbio caporal
dice,
ladino: "YO TENGO SALVACION"
Ojo a
las ruedas del falso redentor.
Con
mil chirridos se anuncia "el destructor"
que
esconde el rostro igual que un avestruz.
Sube
a una cima cual un ángel de luz;
y
entre quejidos, lamentos y dolor
surge
el "esperma" del vano salvador.
¿Cómo
es posible salir de esa prisión?
¿DÓNDE el camino que vaya a la verdad?
¿Quién sabe DÓNDE se escuda la maldad
para
arrancarla de un pobre corazón?.
Entre
la turba que entre cadenas va
luchando recio, se va ocultando el sol
ante
el ejemplo del lúgubre farol
sin
esperanza para el que ciego está.
En la
batalla de luz contra sombra
surgen fronteras que el cielo no nombra.
Y el
vano reto que enmarca el dolor,
traza
sus huellas de incierto color
de
espinas y besos queriendo rimarse
en un
germinar de nunca acabarse
Es
fácil mirarlo si hay ojo avizor.
Solo
es necesario rimar la ansiedad
con
el dulce aliento que da la bondad
y
lograr el fruto que brinda el amor.
La
huella, hoy cubierta del lodo infernal
que
un tiempo lejano marcara el camino
permanece firme al pie del destino
como
roca firme de un buen pedernal.
Si
llenos de luz los ojos se abren
verán
refulgir las velas que arden;
en el
candelabro de aquel viejo altar.
Los
siete luceros parecen gritar:
"Solo
hay una huella hacia el redentor
y esa
huella surge, buscando el amor"..
Salvador Levy
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CON (AMOR!, NO CON PORFIA
(Sonedécima)
El tubo rectangular
nos muestra los adelantos
así
como los espantos
de
un mundo no singular.
Y
con mucho o poco afán
parecen ser boberías
las
múltiples porquerías
que
al mundo envenenarán
¿Dónde están los que dirán
basta ya de tanta insidia;
de
enaltecer la perfidia,
del correr tras de los vientos
movidos por mil intentos
que un infierno sembrarán?
No
es posible ser sincero
mirando todo al revés,
ni
es posible ser cortés
usando el guante de acero.
Y
si acaso las espinas
se
pudieran florecer,
un
rosal no puede haber
con
olores de letrina.
Hoy
se ven por las esquinas
falsos Gurus de cartel,
que
cometas de papel
elevan con mucho aprecio,
sin
saber que un viento recio
las
puede echar a bolinas.
¿Dónde la regla se esconde?
¿Dónde el cepillo y la vara?
¿Bajo qué leyes se ampara
el
que a Dios ya no responde?
¿Dónde la noche es el día?
¿Dónde hay frutos sin sembrar?
¿Como es posible el honrar
poeta sin poesía?
Y
en esta noche que impía
quisiera nunca acabarse,
sólo un verso puede darse
que
lave los corazones
tornando el llanto en canciones
con
(AMOR!, no con porfía.
Salvador Levy.
03/21/92.
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HACIENDO CIERTO EL HIMNO
REDENTOR"
Allá!,
a lo lejos, se oye una canción.
Viene enlutada cargando un
madrigal.
Trae los ecos del fausto
¿ Paredón!,
viene en cadenas, con ritmo
tropical.
Entre las olas se pueden
escuchar
mil voces roncas de víctimas
sin voz
que con sus vidas vinieron a
aumentar
los truncos sueños del
genocidio atroz.
Son los augurios del tiempo
del
¡ adiós!
los ecos sordos del "Cristo
de papel".
Del disfrazado cual un ángel
de luz,
cargando espinas, sin fe, sin
tener Dios
al que en otrora llamaran
justo y fiel,
hoy crucifican, sin
concederle cruz.
¿Serán
campanas, o solo una ilusión?
¿ Verán
el fruto aquellos que hasta ayer
fueron testigos de tanta
destrucción,
de un jubileo, de un nuevo
amanecer?.
Cuando las nubes opacan
esplendor
y entre los campos sólo hay
oscuridad,
Ya
llegó el tiempo anuncia el sembrador,
abrid el surco, vendrá la
claridad.
Hoy que la fiera se hunde en
su maldad,
que ya sus crías dejaron de
parir
y entre agonías se escucha su
estertor
por lontananza se oye:
¡ LIBERTAD!
porque en cadenas inútil es
vivir
haciendo cierto el himno
redentor.
Salvador Levy
|
ADIOS SEPELIO
Sigue
el cuadro: noche fría
Golpe
seco, el sepelio, letanía.
Turba
inmóvil, risa falsa,
Corto
vuelo. Monasterio, atonía.
Y
así, con sus cirios llameantes va el cortejo...
Todos
Judas...ignorantes,
Luchan yertos...que agonía...
Todos
muertos...que ironía...
Y
así, con sus cirios llameantes va el cortejo...
Otros
pocos gritan lejos,
También llevan su cortejo.
Portan voces, buscan ecos.
Pechos roncos, siguen secos.
Nadie
quiere comprenderlos,
Son
mis pares, mis reflejos
Son
simientes sin cultivo
Son
Oasis sin sedientos
Y
así, con sus cirios llameantes va el cortejo...
Tengo
llanto, tengo voces,
no
estoy solo
¡ Vivo
adentro!
Me
voy con las alas del sueño,
no
estoy muerto...
¡ Adiós
sepelio!....
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COMPÁS EN DOS TIEMPOS
Tener un alma sensible...Señor...
Que
gran dicha...!...
Pero...
¡ Ay!...
Que tormento...
Cuando tu mano arcana con celestial dulzura
De
las olivas tiernas me das el laxo ungüento;
Como
sutil arpilla, con ligereza aleve
De
las sensibles cuerdas, entre placer y risas,
Con
rumoroso arpegio arrojas dulces cantos...
Mas
cuando el tempo imprime
Por
los compases graves
Hondo
y brutal acento
¡ Oh
Dios...que ardor...!
Como
retumban hoscos por las entrañas finas
El
trepidar vibrante del arco gris del vuelo...
Tener
un alma sensible... Señor...
¡ Que
gran dicha...!
Pero...
¡ Ay!...
Que tormento...
Salvador Levy.
|
Y....
Y
cuando en las tardes de grises acentos
percibas el roce de ráfagas tristes...
Y en
las arboledas arrullen los vientos,
con
lúbricas voces las ramas meciendo...
Tendrás en tu alma de aromas inciertos
la
triste sonata que hoy gime en mi pecho.
Y
cuando las aves remonten sus vuelos
y
extiendan sus alas cual quillas al viento
Y en
las avenidas se trencen las sombras
quemando las luces, retando a lo incierto.
Tendrás en la imagen de lucha y de reto,
mi
pobre esperanza flotando en el viento...
Y
cuando la noche lamiendo las sombras
que
el sol va dejando llenarse de negro;
y las
flores todas y los parques bellos
se
transfiguren en raros espectros.
Tendrás en su luto de dudas, de incierto,
mi
huella dorada temblando en tu lecho.
Y
cuando ferviente pases día a día,
dolientes los ojos de oídos inquietos;
Y
busquen tus cosas apoyo en el velo
de
místicas frases que alumbren tu pecho
Tendrás en lo tenso que alienta tus sueños
llegarte estos versos rompiendo el silencio.
Salvador Levy
|
VIAJERO DE LA LEJANIA
Se
aromó la brisa con sabor de labios,
se
llenó el recinto de rara presencia,
loca
caravana borraba tu ausencia,
llegaron los sueños, consejeros sabios.
Llenóse mi alcoba de estampas inquietas,
jugó
mi esperanza con mil cosas bellas,
obtuve una noche cuajada de estrellas,
mi
mente grababa pasiones coquetas.
El
rápido trazo brotábame ingente
llenándome espacios en un pecho duro.
Ardientes promesas guardaban apuro,
tu
imagen, abstracta, se hacía tangente.
Logré
aquel instante rimar con la nada,
sustraje alegría del duro quebranto,
rompí
las cadenas del trágico canto.
Viajé
con mi nave la ruta prestada.
No
puede lo ignoto lidiar con lo cierto
pues
cada pisada estampa su huella,
con
cada latido, la herida resuella
y
surge la espina, del florido huerto.
Mas
urjo tu forma tallada a mi sombra.
Rebeldes voceros se mueven alertas.
Mil
soles de brumas me brindan sus puertas.
Dile
a tu camino que el mío le nombra.
Si
acaso tu talla no mide la mía
y
alteras el curso con compás mezquino,
llegarán las naves del mágico sino
y
seré el viajero de la lejanía.
|
LA PALOMA HERIDA
Llegó
tu paloma volando a mis rejas
mostrando la herida que yo le tatuara,
llegó
adolorida, sufrida y tan rara
que
todo el pasado gritóme sus quejas.
Del
pico marchito una perla colgaba,
brillante y oscura, cual lágrima negra.
Su
cálido arrullo tu voz me reintegra
tocando inclemente en mi pecho la aldaba.
Mi
mano, llagada, no pudo alcanzarla.
Las
rejas del tiempo me ataban con saña
y a
más de los hierros, la espesa maraña
me
ataba y me ataba queriendo alejarla.
Perdona paloma si mueres por verme
no
sabes que enfermo al verte sufrir.
Tu
herida en mi pecho se agrieta al latir
mostrando los lazos que me hacen inerme,
Salvador Levy
|
EL TEJEDOR
¡ OH!
Divina y eterna lanzadera
Como ovillas los hilos del
destino;
Le entretejes al hombre su
camino,
Sin que pueda tu huella ver
siquiera.
No hay un trazo que en vano se
tejiera
Ni bosquejo sin meta, ni sin
sino.
Sabia mano, potente, con gran
tino,
va ordenando la fina
enredadera.
Hoy que siento de tu amor, ala
viajera,
Voz eterna que muestra lo
infinito,
La distancia se acorta en cada
paso;
Se iluminan las dudas, cesa el
mito,
Y la aurora se pinta con un
trazo
De tu esencia de eterna
primavera.
Salvador Levy
05/12/63.
|
EL CORTEJO DE LOS SEPARADOS
Y
así...entre la pompa, el esplendor y el mito,
orlado del placer y la molicie,
teñido de la roja mascarada:
MARCHABA EL CORTEJO.
Marchaba el cortejo sin freno y sin tasa
llevando en su seno mi vida y mi alma...
Era
una parada de ataúdes blancos
por
las asfaltadas y negras calzadas,
que,
hacia... no sé dónde... cual nubes que pasan,
viajaban vistiendo cenizas que abrasan,
con
antorchas frías, en pos de una raza...
Las
luces gritaban...
¡ SON
LOS SEPARADOS!
Son
los separados que viajan sin alma;
que
bailan y juegan y lloran riendo en oscuras mortajas...
Son
los que no viven;
que
en fausto cortejo la noche los caza...
Y en
el bullicio... Y en el clamor...
Y en
las oscuras avecillas del dolor...
Como
una fuente que sin agua los regó,
surgían sus luces de erótico ardor,
mas... nunca con aguas;
sólo
una sed loca y un falso fulgor...
¡ Que
triste la marcha!... Parapán...pam...papam...
¡ Que
brusco contraste!... Parapán...pam...papam..
A más
brillo y forma, más negra y doliente
la
bruma se erguía, con las desventuras...
con
las agonías de aquellos que iban
en
grueso cortejo por las avenidas...
Parapán...pam...papam... rumiando sus penas...
Parapán...pam...papam... Ciñéndose rejas...
Parapán...pam...papam...
Luciendo coronas de nubes...sin reino...
Parapán...pam...papam…
Sobre
aquel desfile, los buitres volaban
con
garras de oro, con picos de alhajas,
para
en torvo vuelo roer las entrañas
de
los que cansados de tan dura marcha,
caían
rendidos, sudando migajas,
buscando el silencio, la paz y la calma.
O, de
ser posible... tan sólo el descanso
de
tan vana carga...
¡ De
pronto en mi noche, detrás de una estrella. !
¡ ¡
¡UNA MANO! ! !....
Luchando con ella, creyéndola falsa…
perdí
las amarras que al loco cortejo,
con
visos de seda, de aromas, de farsa,
ceñíame fiero... cayendo al vacío...
Y
fue...un ARCOIRIS... la brecha mostrada...
De
pecho y de ungüento, bañé la mortaja.
El
fiero cortejo... pujaba...pujaba...
Con
saña ceñían mis carnes atadas;
en
loca avalancha queriendo arrastrarme
con
la mascarada...
Después... Un S I L E N C I O ...
Un
rayo de aurora desnudó el cortejo
mostrando las heces, el lodo y el cieno,
que
oculto entre sedas, perfumes y velos,
formaban la corte, la orla, y el reino...
Las
fétidas miasmas irguiéronse inquietas,
mostrando al desnudo sus fosas abiertas;
donde
blanquecinas filas de osamentas
marcaban de nuevo su marcha funesta...
Parapán...pam...papam...
Siguiendo la marcha.
Y
así... entre la pompa, el esplendor y el mito;
orlado del placer y la molicie,
teñido de la roja mascarada,
Marchaba el cortejo.
Parapán... pam… papam...
Marchaba el cortejo,
Parapán... pam... papam...
sin
frenos, sin tasa...
Parapán...pam...papam...
¡Mas
ya no marchaba... llevando mi alma...
02/19/62
Salvador Levy
|
CUARTETAS MATERNAS
(En
el día de las madres desde la prisión en Cuba)
Esta
rosa prendida aquí en el alma,
invisible, silente, sin estruendo,
es fuego eterno de luz, fuente
de calma
no se marchitará ni aún
muriendo.
No es la rosa que luzco por un
día
para luego tirarla sin cuidado;
no al ojal, sino al pecho madre
mía
con profunda emoción yo te he
sembrado.
Y si acaso el destino me
conceda
cuando todos la rosa ufana
lleven
darte un beso, ya libre, solo
queda,
ver la rosa, que tus ojos me
devuelven.
Salvador Levy
|
PARA QUE PASE EL PESAR
Puerta portó mi presagio,
para
prestarte prudencia,
por
poder poner paciencia
para
mi pobre epitafio.
Poco
puede por contagio
mi
pobre pecho pensar,
para
poder soportar,
pase
aprisa lo pasado,
pues,
paso y piso pesado,
pensando pase el pesar.
05/21/62
|
CUANDO LLEGUE LA MAÑANA
¿Adónde
vas, procesión, con tus cirios apagados?
No
veis que vais rezagados, sin banderas de ilusión.
No
mantengan la intención, ni quieran seguir el paso
pues
la llave del fracaso no abre la solución.
Hoy,
el peso del perdón, se revienta en la medida
del
ave que anda perdida, sin nido, sin sol, sin rama,
sin
poder levantar su cama, sin saber de compasión.
Y en
ese día sonoro del romper las alcancías,
del
rimar paz o ironías, de hacer brillar el decoro,
del
magnífico tesoro que Dios promete al final,
será
limpio, cual fanal de pulcro aliento canoro.
Con
gran fuerza, cual un toro, de cuernos firmes, potentes,
romperá lazos hirientes, dando coraje al cobarde,
y
cual llama firme, que arde, funde al hombre como al oro.
Hoy
hay voces inhumanas, que gritan gargantas roncas,
que
sólo saben de broncas, de contiendas sin campanas.
Sólo
hay jueces de Jaranas, que juzgando lo injuzgable,
lo
infeliz, o lo inefable, no encuentran luces tempranas.
Y al
mirar a la sabana, donde trinan los jilgueros,
no
pueden malos agüeros, borrar, por mucho esforzarse,
las
luces que han de mostrarse, cuando llegue la mañana.
Salvador
Levy 06/15/93.
|
SONIDO SIN SON
Sonó
en sonido asonante
su
sonrisa retozona,
sonando, zona por zona,
en mi
ceniza hacinante.
Salió
su risa incesante,
saludando en su sonido,
mi
silencio retorcido.
Suspiro y soplo sentí,
suplicio, sólo, sin ti,
seco,
sin son, desasido.
09/15/61.
|
ALELUYA
Un encierro donde en vano me detienen,
férreas rejas impidiendo la salida,
todo
listo para hacer sangrar la herida,
mas
no saben que mis sueños, van y vienen.
Odio
y luto, son los surcos que así infieren.
Sólo
espinas van sembrando en loca huida.
Buscan agua...y sólo hay fango en la medida.
Pobres hombres, que no saben lo que quieren.
Rompan rejas. Siembren flores. Inconscientes.
Alcen
rostros con miradas inocentes,
y no
esperen a que el tiempo los destruya.
Mano
a mano, caminemos con amor...
Desterremos para siempre el cruel dolor,
y
gritemos, todos juntos,
¡¡¡ ALELUYA!!!...
Concebido en el G2 01/7/64
Salvador Levy
|
EL DEALER DE LA MUERTE
Entraron en el salón, cogidos los dos del brazo;
y
pisándole el talón, con místico andar, sin prisa,
la
dama del negro chal, con su tétrica sonrisa.
Miraron en derredor, felices, marcando el paso;
y
todos con nervio a flor, para jugarse la vida,
quedaron en atención, esperando la partida....
Llegaron, sin vacilar, y ocuparon sus asientos.
El
dealer del antifaz, barajando con firmeza,
el
naipe quiso tallar, repartiéndolo en la mesa.
Primero jugó el Amor, jugador de los momentos.
Ambicioso, soñador, burlándose de la Suerte,
del
ámbito espectador, y del dealer de la muerte,
Hizo
la apuesta mayor, con marcada hipocresía;
sin
notar que alrededor, los eternos vehementes,
con
abono aterrador, observaban penitentes.
Llenó
la mesa de afán y jugó....la fantasía...
No
pensó la dimensión, ni el montante de su reto.
Sus
ansias de jugador, no calculaban su veto.
El
dealer miró al salón, con mirada de destino,
y un
Camino le pasó a la dama del chal negro,
que
en seguida lo tomó, con mirada de me alegro.
Y se
volvió hacia el Amor, para jugar...Desatino
que
era su apuesta mayor, en la tétrica porfía,
y
formaba su caudal a cambio de fantasía.
Tanto
derroche y ardor estaban allí en la mesa,
que
todos con emoción, se miraban expectantes,
de
las lides del Amor, contra todos los pujantes.
Era
una lucha mayor, se veía con certeza,
como
queriendo afirmar que todos ese momento,
sin
siquiera respirar, firmaban su testamento.
El
dealer no se inmutó, y se peinó la cabeza,
con
la mano de tallar, peinando blanco sustento,
cansado ya de jugar, otra vez, el mismo intento.
Llevó
la vista al reloj, meta de toda partida,
y dio
ruta a otro postor, indolente por costumbre,
que
en eufórico desliz, llenó la mesa de lumbre....
Tomó
un sorbo de Placer, su bebida favorita.
Se
puso a coquetear, como paloma en la cumbre,
con
el serio jugador, con hermetismo de alumbre.
La
risa, llegó al lugar, contagiada por la apuesta,
y el
dealer miró al reloj, viendo extensa la jugada,
ya el
horario aterrador, tenía la meta marcada.
Tratando de destensar, lanzó una vía de resta,
al
frío, y calculador, jugador del negro hastío,
que,
sin pasmo, retador, jugó con desdén: VACÍO.
Hondo
suspenso, letal, se respiró en el ambiente.
Su
negra profundidad, hizo temblar el tapete,
al
jugar: una ansiedad, su bebida de copete.
Miró
de nuevo el reloj, y, con gesto displicente,
su
baraja volteó, con pericia de grumete,
y la
carta reflejó: "el impávido grillete".
¡ Protesto!
Gritó el Amor, ante el lance conocido.
Creyendo ser ganador, por jugar la "fantasía",
que
no era perdedor, pues no hay final en su vía.
Mas, el dealer, sin hablar, mostró la ley al herido,
que
inconforme, mas cabal, se bebió la poesía,
y con
gesto celestial, dejó todo en la porfía.
La
dama del negro chal, con un suspiro de duda,
tomó
su carta fatal para tratar un recuento,
mas,
en la mesa, se vio lo que no permite intento
Con
su mirada habitual, quedó la réplica muda,
y sus
cartas levantó para lanzarlas al viento,
mas,
el dealer las tomó con ademán insustento.
El
sereno jugador, el que jugaba: el hastío,
sonrió por una vez, conocía la jugada.
jugó...sólo por jugar... él nunca ganaba nada.
Ya la
dama del placer, vestía capa de frío.
Siendo primera en ceder, aún estaba atolondrada;
su
carta no quiso ver, para marcharse apurada.
Luego, sonando el reloj su campana de negrura,
llegó
el carruaje fatal... todo tallado de cruces...
con
cartas a su favor... para apagar nuevas luces.
03/22/1962.
|
LO QUE NO PERDONO
Al hombre... todo perdono.
Menos... querer que otros sean,
como él pretende han de ser.
¿ Que
sus guerras...? Las perdono.
¿ Que
sus celos...? Los perdono
¿ Sus
intrigas y egoísmos,
sus maldades y cinismos...?
Los perdono... Los perdono...
los perdono...
Solo esto:
¡ No
me aflijas,
No me obligues a tus
sueños!
¿ De
mis doblares de esquina?
¿ De mis
plegarias furtivas?
¿ Mis
semillas?... ¿ Mis
ortigas?
Eso es mío... no lo cambies...
No me obligues a tus celos,
pues no puedo perdonarte...
que mutiles mis desvelos…
Tomé mis alas...Mis garras...
Y al ascenso...la caída...
Postréme en hito, un
instante,
quebré de dolor mi espiga.
pero luego, en la esperanza,
en otro pliegue del
manto,
surgió una estrella encendida.
Y los cantos... Y las
orlas...
Y la nueva tentativa,
rasó la vieja
parada
y remendó las
heridas,
que el viento me ocasionó.
¿ Que
el vuelo, ingente, me hirió?
¿ Que
angosta el ala, lastima?
¿ Que
malgasto mi medida?
¿ Que
la lámpara es inútil
encenderla cuando es día?
Qué me importa lo que pienses
si quieres guardar, cavila...
Dobla tu espina hacia el suelo
y recoge tus ramillos
Yo, de monedas lucientes,
la alforja llevo preñada,
mas, qué gastar, no aparece
pues mi moneda es baldía
en los caminos de otros.
la mía... es... sólo la mía.
No... por favor... No puedo.
No me pidas que perdone
la falta más condenable...
(falta que arrojó natura)
la execrable, la inmadura,
la que atormenta y calienta
las calderas de las furias;
la que por mucho que apure,
no podría, aunque quisiera,
contemplar como segura,
es esa falta de... ¡Apura!...
¡ Toma
mi huella!... ¡ Sé
esto!...
Ese obligarme a tu albura...
que... tal vez... será más
grande,
y que... tal vez... sea más
pura,
o que mitigue mi herida...
Pero, mi sangre, es mi sangre.
Y mi condena, la mía...
Y no puedo perdonarte
ese apurarme a tu vida....
Que la mía, lleva un
sino...
La tuya... sea... la tuya...
Salvador Levy 01/27/62
|
YO FUÍ EL COBARDE
Que cobarde te ves en la
distancia,
es el sello fatal que te
acompaña;
lo que al limpio cristal
siempre lo empaña,
y le resta a tu flor blanca
fragancia.
¿ Cómo
puedes huir sembrando el ansia
de este dulce rimar siempre
en campaña?
Te quisiera llamar, paloma
huraña,
mas no puedes volar, la duda
es rancia.
Este encierro común, no es la
respuesta.
Es poner hacia el sur la
nivia cuesta.
Es querer predecir que ya es
muy tarde.
Si en la ruta sin par, no
hallamos vía,
si dejándote huir es noche el
día,
no lo puedo ocultar, yo fui
el cobarde.
Salvador Levy
23/11/62
|
Y LO EMPEZADO ACABAR
En la distancia fragores de
ruidos acompasados,
fueron, de mi campo, arados
para sembrar los ardores.
Luego fueron: los candores,
más tarde, noches inquietas.
Mil lunas cual panderetas
bailando danzas macabras,
fueron los abracadabra de mis
primeras cuartetas.
Lucha estéril con lo
inquieto. Quise hacerle un puente al llanto
para alejar los quebrantos.
Que se fueran con lo inquieto.
Mas, sin saber, tracé el
reto. Como arena movediza,
al moverme más aprisa, mi
mente se sumergía,
y la pérfida porfía luto
llevó por divisa.
Desbocáronse mis ansias. Se
presentó la vehemencia
entregándome su herencia de
innumerables fragancias.
Surgieron las abundancias de
lo agreste, que es bastante.
Me llevaron bien distante,
donde solo hay unos pocos
que andan todos como locos
rimando amargo y constante.
Vértigo causa la altura a los
cides galopantes,
que juegan alucinantes a
rimar con la amargura.
Desespero en la premura de
ser algo, y no poderlo.
Jugarlo todo por serlo.
Brindar paz, juicio y reposo
con denuedo de coloso aunque
vayan a perderlo.
Ante el camino plantado, me
asusto con la distancia,
víctima de la ignorancia de
lo que el tiempo ha sembrado.
Lo que pasó, ya ha pasado,
imposible es comenzar.
Solo me queda luchar contra
cualquier desengaño,
robarle fuerza al peldaño, y
lo empezado, acabar.
Salvador Levy 11/23/62
|
Promesa
Desde la frescura del divino
aliento
que en dulces promesas supo
Dios tornar,
son arroyos frescos, todo lo
que intento,
no queda una espina que pueda
enconar.
Como en un rosario que
hilvanara el cuento
supe de mi barca el curso
marcar.
y con la promesa que cantara
al viento,
hice del desierto, Oasis sin
par.
Ya el rosal del tiempo, se
viste de flores.
Ya de las espinas, no quedan
ardores
que oculten el fruto que
irradia calor.
Ya las agonías de noches en
velas
han limado barras de tristes
cancelas,
y me han regalado el fruto de
amor.
Salvador Levy
9/14/63
|
QUISIERA SER
Quisiera ser por una vez
el sueño aquel que tu has
soñado.
Poder entrar la intimidad
del reino azul que tu has
creado.
Poder vivir cada intención
del mundo ajeno que has
forjado;
poder hablar con devoción
raro lenguaje enamorado.
Llegar febril, con el rubor
del niño aquel que nunca ha
amado.
Abrir tu ser, dejar en ti
la tibia miel de mis
reclamos.
Bordar con luz la dimensión
de un paraíso no estrenado;
y liberar con mi pasión
tu dulce anhelo aprisionado.
|
LA BALADA DE LA PARTIDA
Parado junto al río del agua
de la vida,
yo vi una sombra larga que
triste se movía.
cargada de recuerdos, de
vieja poesía,
y el río con sus aguas
marcábale partida.
Sonriendo con un gesto
profundo, conmovida,
mostróme sobre el pecho sabor
de lejanía,
de glorias compartidas, de
goces, de alegría
cuando era mi aliada, mi
amiga consentida.
Yo, lleno de promesas, de
nuevos cielos dueño,
miraba consternado la sombra
que se iba
que como en un ocaso
mostrábase evasiva.
Clavándome la vista,
frunciendo el viejo ceño,
mostró aquella sonrisa,
cargada de placeres,
de bohemia, de soñares, de
jóvenes quehaceres.
Quedé cual abortivo que
espera un nuevo viaje.
La sombra pasajera guardaba
fuertemente,
tejida entre mil sueños, de
corso sin patente,
aquel viejo tesoro que fuera
mi equipaje.
En la dicotomía que ostenta
el nuevo traje
aún yacen confrontados el
cuerpo con la mente,
contrarios los latidos que el corazón presiente
que quiere ser monarca, y aún late como paje.
Al ver los fuertes lazos que
amarran los caminos
dictando los reclamos que son hondas raíces,
se muestran bien profundas
las viejas cicatrices
Y alzando al fin la mano,
siguiendo un nuevo sino,
con un gesto abatido su
gloria se calló.
La sombra que se iba, esa
sombra era yo.
|
Borrando el rastro de mi melancolía
Desde la oscuridad de mi
balcón cerrado
el canto oí de un ave
mañanera,
que poseída, en su frescor
alado,
cantaba ajena a mi ansiedad
viajera.
Todo rumor se condensó
inundado
del fresco anuncio que en su
trino diera,
con su cantar dejábame
impregnado,
el fiel recuerdo de otra
primavera.
¡ Oh!,
dulce canto, despertar sonoro.
¡Oh!, brava flauta del fugaz
canoro.
Sobre el dintel de mi ventana
umbría,
su savia fresca, cual perfume
ufano,
con su trinar de resplandor
solano,
borró mis huellas de
melancolía.
08/14/96
|
DÓNDE ESTÁ TU CIELO?
¡¡¡Eh....A ti!!!!.... Sí...a ti...al de la torre...
Al
que guarda su aurora en la alforja de adentro...
(Donde no brilla)
Al
que con la mano en la azada labrara su altura...
A
ti...sí...a ti... ¿Dónde está tu cielo?
Fue...cuando en tu noche tomaste del barro,
la
paja sin trigo. Forjaste ladrillos, betún y cenizas
marcando tu meta. Sin tino, sin cuerpo
buscando la altura. Tu altura, tu cielo
.
Con
sudor y sangre, sin sueño, sin lirio
fuiste construyendo tu loca quimera.
A
falta de barro, más sangre, más llanto.
Y con
fuerza y pecho...a pico y azada,
con
filo de uñas, de diente y de cebo,
gritando tus furias, tu loco embeleso,
Marcaste TU noche... Llegaste a TU CIELO.
Tomaste tu estrella, (la nívea...la etérea)
Pusiste tu mano con ávido anhelo
con
baba de acecho, hurgando en su fondo
su
puro destello...
Tus
ojos golosos lloraban de gozo
al
verte las manos cuajadas de polvo,
(De
polvo de estrellas) pues no era otra cosa...
Brillaba tu rostro cual faro de puerto.
Después fue...la Luna, el Sol, todo el cielo.
Y tus
manos tensas (enhiestas de celos)
sobaban TU gloria con vaho de enfermo.
Llegaste a TU altura... Colmaste TU ruego....
Sentaste TU reino... Babel de tu pecho.
Ya
tienes TU gloria... La propia. ¿La cierta?
TU
torre...TU cielo. Ya brillas liberto.
Ya
sabes del polvo su raro secreto,
del
místico numen que flota en lo incierto.
Pero
en cambio...."GENIO"...
con
tanto trabajo de pico, de vela...
¿Dónde está tu bolsa?... La vieja...la usada...
La
que siempre estaba cuajada en remiendos.
Tu
fiel compañera... Tu bolsa de sueños...
En
ella dejaste: Tu flor...Tus suspiros..
Tu:
... ¡a la rueda rueda!...
Tu: ¿Quién?...
¡No te tengo!
¿ Qué
pasa en tus ojos?... La antigua mirada...
la
que criticaste por hosca y malvada,
la
que perseguiste queriendo borrarla
de
rostros perversos y huraños...
la
veo instalada, señora y guardiana,
velar
tu pupila con una guadaña...
Y tu
mano hábil...(La mano del tiempo)
Se ha
crecido en uñas, en venas y nervios.
Y en
tu pecho bravo...
que
otrora cantara canciones de tejo,
que
henchido y valiente cuajaba la vela,
la
quilla y el viento, surcando los prados,
volando cometas de miel y de ensueños...
hoy
ronca ceñuda, un águila fiera...
con
ojos de altura y garras de suelo.
Dime,
ahora... De TU torre. Con el pecho abierto...
de la
antigua senda, del reguero incierto de rosas,
de
versos...de nubes rosadas...
Después de TU altura.... ¡¡¡Dime!!!....
¿DÓNDE ESTÁ TU CIELO?....
Salvador Levy
1/23/62
|
OIGA USTED SEÑOR POETA
Cuando se escribe una historia
por
el gusto de escribir,
es
preciso decidir
si lo
escrito va a servir
para
educar la memoria,
o tan
solo por decir
cuanta tonta bobería
se le
antoja, por la pluma,
al
que escribe remitir.
No es
posible, ¡Valga Dios!,
contribuir al reguero
de
papeles sin mensajes;
que
los años, como pajes
del
destino, sin razón,
sin
motivo, ni atención
que
pueda mostrar la causa,
los
coloca en el latón
del
eterno basurero.
Para
escribir sin mensaje,
sin
razón ni fin cabal,
no es
posible, sin fanal,
correr por calles oscuras,
donde
el filtro de la luz
parece tener un velo
donde
el que escribe está lelo,
y
solo escribe basuras
en lo
que quiere contar.
Por
favor, señor que escribes
tan
solo por escribir;
no te
sientes al pupitre
por
llenar tontas cuartillas
hablando de maravillas,
que
ni son tal ni cabales,
y
escribes cosas banales
que a
nada aporta, y humillas
la
luz de sana verdad.
Por
favor señor poeta,
escritor, o llena plana;
no
permitas que tu intento
salga
a la luz sin ser texto
que
ayude a encontrar la senda;
que
abra la puerta cerrada
donde
se esconde la luz
para
que no caiga al cesto
tu
talento y tu aportada.
Si
tienes la bendición
del
don que te dio natura,
no te
escondas en la oscura
razón
de los sin talento
que
persiguen el sustento
de la
corriente de moda,
haciendo gala de toda
la
vana e inútil cuadrilla,
de
los que escriben por paga.
|
CANCIÓN DESORIENTADA
Canción desorientada, de noches
y de días,
de rosas y de espinas, de
barcas en porfía
de sueños sin albricias. de
extraña melodía.
Como redes al viento se
despeinan las palmas
musitando una rima. ¡Oh! Que
dulces las voces.
Oh!
que triste la sima. Que fulgor en la cima.
Canción desorientada, ¿Dónde
está la morada
del cachorro de anclas y de
velas dormidas?
¿Dónde, di, dónde anida? Pues
se pierde la brida.
Te me vas estirando como fruta
en ojiva
y en la semilla llevas una
nueva poesía
de tremor y vahído, de candor y
perfidia
¡Oh! Que bella la tarde. ¡Oh!
Que fiera la vida
que reclama con surcos la
semilla sentida
que no crece al acecho de la
rueca que hila.
Si tú ves una perla en mi
concha dormida,
no la tientes, ni le hables; no
le cantes porfías,
no le digas ya nada, pues allí
está mi vida.
Salvador Levy 05/13/97
|
Y EL ECO ME RESPONDE....
Sentado ante el furgón que
carga lo imposible.
Midiendo con pulgadas de David
al gran Goliath.
Me nace del costado una pasión,
con lava más ardiente que un
volcán.
Y herido con la daga del ¿Qué
hacer...?
con tan poca la masa para el
pan
que los mendigos, con ardor,
quieren comer,
sólo me brota una palabra,
¡¡¡Terquedad!!!;
y el eco me responde:
¡Soledad...soledad...soledad!
El sol de las promesas al
tejer,
rimado con las noches de
ansiedad,
recuentan la inconsciencia del
infiel,
de nudos, trampas, laberintos a
raudal.
La bota de la vida que al pasar
nos huella como a uvas del
lagar,
hurgando el zumo fresco sin
saber
si algún pobre sediento ha de
beber
el mosto fresco, que aun no es
vino, al fermentar.
Y ante la bruma de la incógnita
tenaz,
con frente y pecho lacerado de
buscar
repito esperanzado
¿ Terquedad?
y el eco me responde
¡ Soledad,
soledad, soledad!
|
HAY QUE BUSCAR
¿De qué sirven poderes y
grandeza?
¿A qué tanta ilusoria sin
razón?
¿Con qué bolsa, qué honra y qué
blasón
Puede el hombre, cambiar tanta
torpeza?.
De sí mismo destila sutileza
intentando ordenarle al corazón
no vacile al tomar la decisión
de dictarle el camino a la
cabeza
Vano intento, batalla sin final
pretendiendo olvidar lo ya
vivido.
No se puede escuchar este
latido
que te inclina inconsciente al
fiel abismo,
pues tesón, o sin él, todo es
lo mismo.
al rendirle pleitesía a lo
banal.
Loca lucha de tipo parodial
donde el hombre por llenar la
barriga.
Cual cigarra ignorando de la
hormiga
no respeta la ráfaga invernal.
¿Y qué hay de la historia
celestial?
¿de la siembra del trigo en
buena espiga?
¿de las flores sin cardos, sin
ortiga?
¿de la leche y la miel en el
panal?
¿Es que acaso la vida es esta
hez
de inmundicias y vanas
fetideces?
¿Cómo pueden lavarse estas
sandeces
si no hay agua en las límpidas
cisternas,
si afanosas promesas, ya no
eternas,
no permiten lavar tanta
hediondez?.
Hay que ser cual la rosa
perfumada.
Ser rubor de una luna
vespertina
que al brillar enfrentada al
sol se inclina
al querer ver sus rayos
extasiada.
Ser rocío que en cada madrugada
a las flores y al campo les
conmina
a crecer con su risa de
neblina,
savia y paz, con las voces de
alborada.
Arrullar como el río en su
caudal,
con un trino de pájaro agorero.
Desechar la ansiedad del mundo
entero.
Rebuscar en la luz como un
sediento;
alcanzar ese reino que hoy
presiento,
y bañarme en el fresco
manantial.
Recorrer la calzada o la
vereda.
Surco y flor, ser semilla,
arado fiel;
ser temblor que me llegue hasta
la piel
y brotar sin reparo por la
veda.
Ser motor, ser la fuerza de la
rueda.
Muela ser, que moliendo la
honda miel;
cual cometa que pendiente al
carretel
busca el sol ascendiendo lo que
pueda.
Astro ser, y ser parte de la
estrella
que en su voz va marcando ruta
y luz.
Ver llegar, al pendiente de la
cruz,
al rimar de su canto angelical.
Y en el canto de marcha, ya
triunfal,
darme en luz al reflejo de su
huella.
|
LEVÁNTATE DAVID
Se oye el ruido de huesos
blanqueados.
Forman filas las huestes de
impiedad.
Vienen juntos y están
uniformados
van gimiendo su amarga soledad.
Con cadenas y grillos
aherrojados
sus vestidos son cotas de
ansiedad.
Tienen ciegos sus ojos anulados
con la niebla que anuncia su
verdad.
Sin futuro parecen maldecir
este reto que quieren imponer.
Con un canto nacido del
tormento
de la lucha que intentan
defender,
los de abajo, nacidos de un mal
cuento,
Con mal sueño nos quieren
redimir.
¡Levántate David, Goliath
vuelve a atacar!
De pronto ha aparecido con
nueva facultad
queriendo ser su huella, la
única verdad
de huesos colectados, tomados
al azar
¡Levántate David, llegó la hora
final!
De nuevo el gladiador de pecho
fiero y cruel
se viste la coraza cargada de
oropel,
de fausto, de lisonjas del
nuevo Neanderthal.
Esta lucha no tiene un claro
acento,
no se embrazan los sueños de
aquel rey.
Nuevas caras, no guardan
juramento,
pues su premio no es fruto de
la ley.
ya al gigante, babeando sucio
aliento,
su milicia pretende hacerlo
Bey.
Frente a frente se quiere
presentar
con sus huestes de túrpido
esplendor,
El que imparte la sombra
tenebrosa,
la que nubla la luz del
Salvador.
Mas del monte se siente el
nuevo viento
que ya anuncia con su acento
unir la grey;
Su palabra es la honda
esplendorosa
que a su frente la piedra ha de
lanzar.
¡Levántate David, Goliath!
volvió a nacer.
Lo vienen ensalzando como algo
celestial
gritándole el Hosanna del árbol
de Belial,
cantándole un salmerio de
vicios, de placer.
Su lanza está cargada del áspid
del ayer.
Su cota la tejieron aquellos
que ahora son
profetas sin augurios, sin fe,
sin corazón,
mostrando un pecho sucio, vacío
y sin saber.
¡Levántate David que al monte
el pueblo va.
Te estamos esperando con blando
corazón;
clamando tu promesa como única
razón.
Ven muéstranos la ruta; el
fruto listo está.
07/27/97
|
INVITADOS A LA CENA
La
comida es deliciosa.
¡Oh!
Sí, dijo un comensal,
cogiendo un poco de sal
arreglando aquella cosa.
Un
pariente, en alevosa
voz
de mortificación,
hizo
una comparación
de la
cena de ese día
con
los platos que su tía
le
empujaba con fruición.
Y
entre risas y portentos
se
emulaban como ogros
contándose así sus logros
fingiendo humildes acentos.
Y a
la hora de lamentos
nadie
sabía sufrir
ni el
dolor podía sentir
mejor
que el que relataba
las
penas que aquel pasaba
para
lograr sus sustentos.
Al
terminar la reunión
entre
risa y mucho abrazo
apurando presto el paso
se
iban sin dilación.
Y era
toda una afección
la
cara del ofertante
luciendo afable semblante
despidiendo balbuciente,
solícito y sonriente
al
último comitante.
¿Tú
viste qué malo todo?
Qué
poco gusto tuvieron.
Aquello que nos sirvieron
parecía hecho con lodo.
Se
merecen el apodo
que
le dieron este año,
por
mezquino y por tacaño
por
no ser muy desprendido
y por
ser tan aburrido
cuando se pone beodo.
Que
clase de descarados.
Solo
vienen a comer,
y de
contra pretender
venir
sin ser invitados.
Siempre traen agregados
a
gentes que ni conozco.
No es
que quiera yo ser hosco
ni
carecer cortesía.
Lo
que pasa es que la mía,
no es
casa para colados.
Después que todos quedaron
murmurando y ya cansados,
dijeron los invitados
lo
mal que allí la pasaron.
Todos ufanos contaron
los
fallos que allí tuvieron;
la
bazofia que comieron,
lo
vano de la reunión,
y
marcaron con fruición
otra
fecha que escogieron.
No
los puedo soportar.
Menos
mal que se marcharon
y
tranquilos nos dejaron;
dijo
el dueño del lugar.
Si no
fuera por quedar
en
paz y ser buenas gentes,
ni
cortos, ni penitentes,
les
mandaba con urgencia
unos
enemas calientes
Así,
en aras de lo nuevo,
como
llaman a lo cruel.
Se
añade hiel a la hiel,
queriendo parar el huevo.
Émulos de Colón.
Sin
madera de almirantes;
forman tertulias de insultos
llaman listo a los tunantes;
que
los odian por ser frutos
de
esta civilización.
Pronto, bajen el telón
de
farsas y fantasías,
de
burlas e hipocresías
que
llevan a perdición.
Hay
que encenderle una vela
al
padre de los entuertos,
que
le de vida a esos muertos
faltos de espíritu fiel,
que
cambie el ajenjo en miel;
de
esta falsa y cruel novela.
|
Quiero contar mi relato
No
quisiera recontar la misma historia gastada,
la
del niño y los pastores, del pesebre y de la estrella,
de
los magos en camellos, de la fiesta señalada,
del lechón, las golosinas y del alzar la botella.
No
quiero seguir andando otra vez la misma huella,
dejada por los que vieron la fecha ya recordada
como motivo de fiesta, sin pensar que lo que en ella
solo cuenta es la verdad, que hoy parece ya olvidada
Quiero contar el relato, no como cuento o balada
que se canta en tantos templos como una recordación
de
los ritos, letanías, las misas que habrá de darse,
de
los múltiples regalos que tienen que intercambiarse
para cumplir compromisos que crecen en profusión,
olvidando el objetivo de esta fecha estipulada.
Quiero mejor recordar, no lo que dicen del niño.
Quiero hablar de su adultez, de aquel ejemplo impecable,
de
todo aquello que dijo, del fiel misterio insondable
de
su palabra certera llena de eterno cariño.
Quiero tomar lo profundo; sin rodearlo de aliño.
Hablar del fondo encerrado en su presencia inefable,
donde, sin buscar halagos, su vida, limpia y amable,
completa la dedicó y a cuyo ejemplo hoy me ciño.
No, no piensen, por favor, que con el mundo me riño.
No
pretendo remover las cenizas ancestrales
para tratar de inculpar a otros penas cabales.
Solo llamo la atención, porque comprendo que es mucha
la
presión que el mundo exige; donde todo es pura lucha,
y
la tentación que acecha vence al guerrero el corpiño.
Esta fecha que esperamos, como marcara un profeta,
tiene un profundo sentido. En ella fuimos sacados
de
la selva y las guaridas, para darnos los legados
de
los antiguos prohombres y su palabra secreta.
En
esa gloriosa ocasión, que señalara el cometa,
se
abrió en el mundo la puerta con que fuimos agraciados
del poder que dio su ejemplo, para ser seleccionados,
como miembros de ese cuerpo que su cabeza completa.
Y
al mirar la digresión, que hoy la vida no respeta,
y
observar el fanatismo por cualquier vana ilusión,
me
parece percibir la sangre llorada aquel día,
en
que el sol se obscureció y la lluvia que caía,
dejaba gotas amargas en aquel gran corazón,
que soportaba el calvario de la virtud como meta.
¿Cómo es posible no ver la grandeza de esa fecha?
¿Cómo pueden confundir la cáscara con la yema;
comiéndose lo exterior como dice el necio lema:
De
que es mejor un cantar, que predicar una endecha?
Hay que acabar de entender, la vida es firme y derecha.
No
se puede desvirtuar, apoyándose en un tema,
que no tiene más razón, que la del hombre que rema
opuesto contra corrientes, intentando hacer su brecha.
En
esta lucha inestable, en que la maldad acecha,
donde todo está viciado por la tradición incierta,
y
los pastores perdieron la estrella fúlgida y bella;
hay que volver al establo, donde la luz se concerta.
Dejar los vanos regalos, la mirra y la falsa huella,
y
entregar el corazón, al Señor que lo cosecha
Salvador
Levy
12/07/97
|
ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
Entre
la vida y la muerte distancia no existe ya,
porque al final se verá, como un sembrado ya inerte,
una
emoción que se advierte dándole al tiempo fugaz,
lo
que la vida no da, lo que la muerte pervierte.
Esta
llama, fatua ya, es la duda que hoy no es fuerte,
la
que pide que se pueda perpetuar esta ilusión
que
gira como una rueda, pidiéndole al corazón
que
tramite lo imposible, "vencer airoso al pasado".
Que
destierre lo increíble, que busque lo tan ansiado,
vida
eterna, el más allá con Dios y Su creación.
Salvador Levy
11/08/96.
|
AL FINAL DE LA TARDE
(Neodécima)
Saber
lo que se avecina cuando en el pecho nos arde,
casi
al final de la tarde, la vida, ya mortecina,
resulta pobre, tenue y cobarde, sin valor, cosa anodina,
querer ignorar la espina de lo infinito...¡Que alarde!.
Casi
al final de la esquina, uno espera que retarde
la
muerte sus terminales, queriendo el paso volver
al
pasado y absolver... las culpas, penas banales;
aquellas que el tiempo aquel aún sin platas en las sienes
destilaban leche y miel, como ilusiones, los bienes;
creyendo siempre tener la luz en los ventanales.
Que
ilusión, pobre poeta de cuartetas no rimadas,
sin
comprender la llamada que no espera por su meta.
La
huesa, por enramada, que a nadie y nada respeta,
reclama, ¡Maldita treta!.. que se acabe la jugada.
Y
así, cual frágil goleta sobre una mar aceitada,
vuelan tristes golondrinas por los balcones cerrados.
Del
otoño, destacados, los vientos, cual vespertinas
letanías ululantes, deshojan el calendario,
de
escasas hojas restantes, reviviendo el fiel calvario
de
los sueños ya soñados con la misma sonatina.
Y al
final no hay margaritas, no hay claveles ni rosas.
Con
alas, cual mariposas, con sus rosadas caritas,
traen
fúnebres carrozas, los ángeles, con las citas
de
las almas que contritas, dejan del mundo sus cosas.
Igual
que la primerizas palabras que un nene esboza,
con
voces que son alarde, tratando de ser lenguaje;
los
años, mazo cobarde, sin rodeos, sin ambage,
quiebra la espalda y el pecho, encorvando al más altivo,
que
aunque quiera andar derecho, y renovar el motivo,
ya en
el final de la tarde, tendrá que emprender el viaje.
Salvador Levy 11/02.96
|
“El retrato del relato”
(Hexámetro)
Cuanta
historia lleva dentro cualquier hecho.
Cómo
lleva la palabra la emoción
que haya
sido inspirado desde el pecho
para
darnos del motivo toda acción.
Un suceso
que impresiona por lo raro,
pone al
bardo, con su lira, en atención
de las
cosas que le dieron el reparo
para de
ello componer una mención.
Como a
Dorian, con su hórrido retrato,
cuya
imagen le causó febril terror;
entre
llagas y torturas de maltrato
le
mostraron todo el precio de su error.
Otros
siguen, sin pensar, la misma estrella;
no del
marco, ni del cuadro de Allan Poe,
sin saber
que llevan dentro aquella huella
que lo
lleva al cruel final que aquel logró.
Mira
dentro de tu pecho con cautela.
Hurga
huraño, busca inquieto, en qué rincón
puede
haber, sin sospecharlo tú siquiera,
una
copia, casi fiel, del lienzo aquel.
Cuando
logres develar las lobregueces
que tu
pecho cobijó sin tu saber.
Rasga el
cuadro, busca dentro de las heces,
los
motivos que te hicieron padecer
Pon tu
mano dirigida hacia lo alto.
Date el
fruto de la firme transición,
y verás
cambiar la llaga del retrato
transformada en blanco lirio de ilusión.
SalvadorLevy 05/26/98
|
“YA VIENE....”
Ya
viene... Gritaron los troncos enhiestos, ya viene...
Cual mil mariposas,
flotaron al viento las viejas palmeras. Ya viene…
Por
viejas veredas, mil veces andadas,
la
dulce tonada les trae el sustento.
Después de las nieves,
que
frías cantatas rimaron al vuelo, ya viene…
ya
viene llegando; es la primavera del divino aliento.
Las
ramas, dormidas, vacías, sin sueños;
se
yerguen ansiosas, buscando el reflejo
del
hálito fresco, de flores, de huertos. Ya viene…
El
mismo paisaje que ayer fuera yerto,
hoy
ve la esperanza, de trinos, de nidos,
de
empeños feraces que llevan la savia Ya viene…
Ya
viene abundante y fecunda del monarca eterno.
Con
su floración de frutos primales,
de
semillas vivas, de incesante reto; Ya viene…
del
dulce mensaje de la lluvia fresca,
de
aquellos profetas que aguardan el tiempo,
se
yerguen las almas, buscando sustento, Ya viene…
Ya
viene, de la primavera, del canto irredento.
No
inquieten, no giman, no penen las horas
que
alientan voraces al invierno ardiente. Ya viene…
Ya
viene, detrás de las nieves, la promesa bulle.
La
ilusión se yergue buscando un presente.
Como primavera de eterno sustento, Ya viene…
Ya
viene, la vieja promesa, cruzando el invierno,
trina con las aves, soplando su aliento. Ya viene…
Ya
viene… Ya viene… Ya viene… redento,
Salvador Levy 04/11/98.
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